El voley es el chanchito verde

Es hora de reconocerlo aunque duela. El Perú nunca ha sido bueno en deportes, a pesar de que hace un tiempo casi nos la creíamos con las publicidades de chela, que aceptando la triste realidad de los últimos tiempos se han inclinado más bien a exaltar las cualidades autoflagelatorias (creo que acabo de asesinar el idioma) del hincha peruano, que luego del fulbito se castiga con el fullvaso.



Claro, no en todos los deportes hacemos papelones. Vamos bien en bochas y sapito, por no mencionar al ajedrez, el cual no cuento mucho como deporte porque...pongámonos una mano al pecho y otra al bolsillo, casi nadie sabe qué tanto pasa en esos tableros que los tienen tan ocupados.

¿Gol?

Y pese a que parecemos estar negados para el deporte, insistimos en el fútbol. Pero como este anda como para llorar o armar un motín (ambas posibilidades existen) qué mejor que el voley, que muy oportunamente está de lo más in. Doña Bárbara y Patadita son parte del desayuno, almuerzo y cena diarios. Y claro, las chicas del equipo de menores, a quienes hemos visto no solo jugando sino revelando sus talentos como modelos, cantantes, bailarinas e invitadas a programas cómicos. Están en todas partes, como el chanchito verde.




Pero no piensen que no me gusta el voley. Al contrario, es genial que nos llenen de voley hasta el cuello aunque eso me traiga malos recuerdos. De épocas en las que solo por ser una niña un poquuito más alta del promedio me torturaban con la idea de hacerme jugar aunque yo para eso sea tan útil como Alan de presidente, o sea..........conjunto vacío.


(.......)

Muchos años después y luego de haber frustrado a 4 profes de educación física con mi nulo entendimiento con la pelota es hora de ser sincera: nunca aprendí a volear, la rotación para mí tenía más que ver con los planetas y claro, nunca intenté hacer un mate.

¿Qué, no querían que mate?

Pero para algo tenía que servir. Y servía de recogebolas. Algo es algo.

Además, pensándolo bien de todos modos hubiera sido un fraude porque la niña alta no llegó ni al metro 70. Probablemente la dieta de leche enci y pan tolete tuvo que ver pero qué más da. Ahora solo veo el voley por tele y veo también cómo las pobres chiquillas tienen que pasearse por todos los programas...y agradezco ser chata. Gracias Alan, por tí no seré jamás una jotita del voley.


pd: Quien llamó a las chiquillas "jotitas del voley" merece morir. Propongo el empalamiento.

Best sellers

La tecnología a veces, sirve. No se trata de iphones ni esas cositas tan bonitas como innecesarias sino de cosas realmente útiles, sin las cuales seguramente la vida sería más difícil. Cómo no pensar eso cuando te encuentras con inventos tan geniales como este: la novela en un rollo de papel higiénico.

¿Tendrán condorito?

Y es que no queda más que alabar al genio que por fin reivindicó el noble hábito de leer en el baño, ahorrando fastidios y roches de llevar el periódico bajo el brazo o bien escondido bajo el polo. Es cierto que es una medida polémica esta de leer algo que tendrá un fin tan poco digno, y quizás sería algo difícil hacerse a la idea de limpiarse en un cuento de Borges o en un poema de Vallejo, pero de hecho hay obras que podrían prestarse perfectamente al propósito, que brindarían una lectura amena y sin sentimientos de culpa por el inevitable final. Para muestra estos botones:

1. La Señito (Carlos Vidal): Obra perteneciente al género real-ficción-fantasmagórico-wtf que narra las experiencias de ignoto modelo de una conductora de televisión despechado. No quedan rastros de la obra ni siquiera por google, así que la colección "grandes clásicos en PH" haría un golazo en caso de encontrarlo y editarlo.

Por supuesto, tampoco encontré foto, así que piña.

2. El libro de Yesabella: Otrora protagonista de ampays y demás tropelías, también tuvo el cuajo de publicar un polémico libro en el que narra sus vivencias nada santas con reconocidos personajes de la farándula muy bien escondidos bajo los seudónimos de Rey Ferrero y Guillermo Chafloque. Un éxito seguro.

Pose intelectual


3. El precio de llamarse Magaly Medina: Obra más contemporánea, que narra las crueles vivencias de una conocida conductora de televisión dentro del penel Santa Mónica, y de lo mal que puede pasarla una cuando está metida en una celda preventoria para ella solita, con frazada, colchón, almohada y 200 presas juntas en el cuartito de al lado cachete con cachete. Qué crueldad.
¿guaaaat?


Como ven, obras que merecen ser difundidas por rollos sobran. Así que ya saben, scott, paracas, rosal y pototín, aquí tienen una mina de oro. O si no pueden tomar prestados de aquí algunos post, pero con su respectiva colaboración. No problem.

Para eso twitteas

Suelo mirar muy de vez en cuando mi cuenta de twitter. No escribo mucho ahí porque prefiero hacrlo acá y la verdad no le veo mucha gracia al pájaro azul. Pero hoy qu veo mi twitter me encuentro con este notición, publicado por el decano de la prensa peruana:

No se lo pierda!

Para eso twitteas. Para decir que el programa erótico de Tilsa Lozano está al aire, seguro lo escribió Renato Cisneros.

sorpresa con presa

Como ahora estoy en una compu con teclado fallado (que me saca palabras al estilo wendy sulca) los errores son más posibles que nunca. Esto apareció cuando intenté llegar a mi blog:
Eso es http://aguademanzana.blogpot.com Universidad Católica, no seas tacaña y compra teclados nuevos por favor. Par evitar estas humillaciones públicas.