Manzana presenta: Mitos familiares

Ah la familia, núcleo básico de la sociedad (¿de la qué?) espacio nacido del papá, la mamá y consolidado por el hijito. Pero aparte de esos detalles prosaicos, hay cosas que en cada familia son tan conocidos que alcanzan la categoría de pequeños mitos, y no me refiero a las fotos familiares o a esas fotos cuya salida a la luz decretarían tu automática muerte social, sino a cosas sin las cuales el mundo no podría funcionar bien…al menos desde nuestro punto de vista. Cosas que guían nuestros pasos cual preceptos de la Tigresa del Oriente, la Lady Gaga peruana.

Lady Gaga look

Tantos dichos que tienen valor de axiomas, tantos consejos que de tanto decirse parecen (y son) verdades empíricamente comprobadas. Y no vienen necesariamente de la abuelita, sino que pasan de mamá en mamá…hasta llegar a quien se le ocurre volcarlo en un blog para exorcizar traumas. Y estos son:


Mito n°1: El ponche:

Llámese “ponche” a una especie de merengue cremoso, servido en un barquillo cual helado o en una bolsita sea el caso, y espolvoreado por bolitas dulces de colores. Pues bien, un recuerdo de infancia me lleva a la puerta del colegio o a la entrada del mercado, y a una señora que batía y batía aquel delicioso merengue…..que mi mamá me prohibió comer. Claro, a sus espaldas yo lo compraba, pero la verdad oficial era que ese dulce era una segura fuente de bacterias, microbichitos y quién sabe qué alimañas más. Aún no comprendo cómo mi mamá me prohibía comer ponche pero sí me dejaba tomar agua del caño….agua de los ochentas, sucia, infecta, aprista….cosas de la vida y de las mamás.

Este NO es el ponche del que hablo....


Mito n°2: El sacaojos:

Cuando era niña, se desató algo que mucho después entendí como pánico colectivo. Era aquella historia del sacaojos, la gente que agarraba niños y les sacaba los ojos, función dictada por aquel original apodo. Creo que a mi mamá le llegó altamente aquel rumor porque la historia la escuché de la chinita que vive al costado de mi casa. ¿No es un mito familiar? Bueno…lalalalalalala pasemos al siguienteeee….

Ya dije, que pase el siguiente....


Mito n°3: Coca Cola:

No, no es ese que dice que destapa cañerías. Tampoco ese que dice que mezclado con mentos es una bomba. Este mito pertenece a la familia Eme, el cual dicta que la coca cola es la panacea de todo mal…cura dolores de estómago, repentinos apremios propios de esa misma parte, ánimos decaídos y, últimamente, dolores de pie e hipertensión arterial. Si hubiese estudiado medicina, mi tesis giraría en torno a las propiedades curativas de aquella bebida que, ocasionalmente mezclada con San Luis con gas, compite de tú a tú en los campos de la gastroenterología, reumatología, endocrinología y hasta otorrinolaringología. ¿Cómo lo hace? No lo sé. Pero sería la envidia de cualquier doctor y el horror de cualquier dentista. Que viva la caries.

El doctor coca cola viene al rescate


Mito n°4: El cojín de manjar blanco

Colegio secundario. Una adolescente gordita cruza la puerta de salida para comprar, 10 céntimos en el bolsillo, un poquito de dulce que le ayude a soportar el camino hasta su casa sin desmayarse. Adivinaron, esa gordita era yo, y el dulce que me tenía en pie mientras iba en la covida era un poco de manjar blanco atrapado en un cojín como el de champú glemo, envasado a la vieja usanza. Tiempo después de haber disfrutado tantos cojincitos mi hermana me habló de un supuesto reportaje en la tele que hablaba de aquellos cojines y las condiciones de náusea en que eran producidos. Nunca pude ver el reportaje ni supe más de esos cojines, pero como nunca vi nada, creo que eso fue un mito. Porque lo que no se ve, no se cree, tal como dijo mi tío Santo Tomás. Me pregunto si ahora el manjar blanco vendrá en sachets….

Esa NO SOY YO


Mito n°5: ¡Hijita no mires cuando están soldando!

Ok, de acuerdo, por algo los cascos de soldadura autógena sirven también para mirar eclipses de sol (¿o será ese otro mito más?). Y de acuerdo también con que mirar una luz fuerte de cerca te puede dañar tus preciosos ojitos; pero mirar la luz de la soldadura, a 3 cuadras de distancia, no le daña los ojos ni a Juan Topo. Pero tal era el mito de mis infancias, el que alocaba a mamás propias y ajenas, y el que hacía voltear neuróticamente la cara a la vista de aquella luz. Por lo que veo, ahora último este mito está venido a menos, porque ahora ni los propios soldadores se la creen y se zurran en sus cascos. Cosas de los tiempos.

No me mires no me mires


Estos fueron, no sé si mitos familiares o mitos propios, pero que alguna vez y de alguna manera me marcaron. Contradictorios, raros, qué se yo. Pero, por fin otro trauma exorcizado. Y para no perder la costumbre, la culpa la tiene Alan y la leche ENCI……y el pan tolete, y el arroz, etc etc etc….



5 comentarios:

Neko-Daniel dijo...

Ayyy...bueno...más que mitos para mi son recuerdos lindos de mi niñez ( a excepción de la soldadura que también me la impusieron, y la del sacaojos que nunca la había escuchado).

Y digo eso porque fue mi misma madre quien me compraba (o tambien yo lo hacía) el cojín de manjarblanco y los ponches!! :P!

xyz dijo...

¡JA! que recuerdos. Todas esas cosas las he escuchado, lo de los sacaojos me tenía traumado, lo de los ponches y los cojincitos de manjar me tenían obeso. Pero con respecto a la Coca cola debo decir que es verdad, estomacalmente(¿?)hablando, no sé que boca me dijo que antes que la Coca cola sea una marca de gaseosa era un jarabe, que obviamente lo vendían en boticas y farmacias. Ya que el sabor del jarabe era tan agradable, la gente compraba por simple gusto más no para calmar algún dolor. Te paso la receta de mi vieja para calmar el dolor de panza: Vaciar el contenido de una Coca cola personal en una sartén, agregarle unos trozos de canela. Dejar hervir unos minutos, tomar caliente y adios bicicleta.

Sybila dijo...

Jajajajaj. En mi tierra no era el "saca ojos" sino un "Roba chicos" que venía con un costal, y si no te acababas la comida, las mamás decían que venía y te llevaba...también funcionaba como intimidación para que no salieras a la calle solo.

También compartí el trauma, digo, el mito, de la soldadura y ¡el de la coca-cola! si es cierto, cura casi todo mal... algunas etnias indígenas ya hasta la consideran como bebida ritual...

Saludos!

gabychat dijo...

eran ricos esos cojines..y me volteaban la cara cuando me aproximaba a un soldador jojojo
...con razón en tu casa siempre compran coca cola jajajajaja

YECP dijo...

jajaja, me encantó.