Desintoxicación

Llega el momento en que una debe ser sincera y tener paciencia. Sobre todo cuando el estrés llega y todos enloquecen. Hasta mi mp3. Cómo pudo ser, cómo pudiste fallarme de esa manera, con intención alevosía y ventaja. Y eso que yo había invertido tanto en tí, había confiado tanto en que me durarías por mucho tiempo que incluso fui a comprarte pilas recargables con su cargador incluido, ¿te acuerdas? fue esa vez que fuimos a radioshack y en donde también compramos a tu hermanito, el audífono grandote.


Disculpen la pequeñez

Aunque claro, en este tipo de cosas la naturaleza también juega. Como con las escalas sociales, si estás abajo te jodes. Digamos que mi mp3 era de extracción humilde, genérico, a pilas y hecho en China. Habitante de los asentamientos humanos del mundo tecnológico. No era pituco como un ipod ni era híper tecnológico como un mp4. Era más bien chusquito, resistente y fiel. Pero igual me resiente mucho que haya caído en los agujeros negros de la locura, con su pantalla encendida y en blanco.

Seré sincera, desarrollé una adicción a estar con los oídos siempre tapados. Lo extraño mucho, sobre todo en mis momentos libres de la universidad, en el micro, donde daba dura batalla a la cucucumbia y en mi bolso, listo para cualquier rato. En fin, todavía siento los efectos del síndrome de abstinencia, pero hay que tener paciencia porque, como dice el cuy mágico, "Si no tienes paciencia te ahogarás en el infinito". Grande cuy. Y ya que estás ahí, sírveme de algo y préstame para un mp3 nuevo, que los conciertos de noviembre me han dejado en la pobreza.

A ver, ¿y mi mp3 nuevo?

En estas circunstancias es que comprendo a Amy Winehouse...salvando las distancias, claro.

1 comentario:

EL GATO ESTEPARIO dijo...

te acompaño en tu dolor. ayer se me murieron mis audífonos del sony ericksson y estoy pensando a que hora es más conveniente entrar a asaltar a polvos rosados =(