Casos de la vida real I: La tele y sus programas

He pasado por una etapa pasmada. Algo así como un 25 de diciembre o primero de enero multiplicado por 5. O sea, obligadamente aburrido gracias a la gripe y a que Mister Chispa me robó la contraseña, que felizmente ya recuperé. Como en estos 5 días no ha pasado nada interesante por estos ojos que los gusanos se han de empujar se me ocurrió lo más cliché del mundo: un repaso del 2008, pero al estilo indescriptible de este blog. Y empezamos así:

Lo más WTF visto en la tele:

1. La Tribuna de Alfredo: Ver a un gordo, que como la cancioncita infantil, se come el huevo que el dedo meñique coció y el dedo medio puso sal, es de lo más indescriptible. Al estilo de un Gastón Acurio cruzado con Godzilla, la mole de carne que habla recorre restaurantes y mercados probando y dando su parecer sobre la sazón ajena, mientras la víctima de turno se resigna al triste destino de su creación. Y además se da su tiempito para lanzar frases históricas como: "tendrá que venderme coca". Alucinante.

Pero lo más conmovedor es observar los rostros de los ¿afortunados? que reciben la visita del sujeto. Hay que ver sus caras de pena y frustración cuando Alfredo acerca el morro a sus platillos, haciendo elegantes comentarios antes de engullírselos. Porque no, el no es un Gastón que da la probadita suficiente para juzgar, él se lo empuja. Guácala.

2. El tribunal de la tele: Fue un piloto de aviación civil que la pegaba de entrevistador de estrellas mexicanas, sobrevivió a un accidente aéreo, perdió pelo, le dieron un nuevo programa y acabó convertido en el pelado cabeza de ya saben qué. Y jura que la rompe en la tele mientras su dignidad va haciéndose jirones en vivo y en directo. Un bocatto di cardinale.

3. El ángel del 11: Ejemplo de superación, falta de complejos y fuente inagotable de gifs para el messenger. Ah, y habla de fútbol.

Lo más curioso de todo es que yo no veo tele. Mi tele es youtube y aún así me entero de lo más in en la fauna televisiva. Y mientras averiguo cómo puede ser esto posible, Genaro sigue mandando periodistas de vacaciones y soldando puertas. Creo que necesitamos otra vez a: