sábado de lalalalalala con torreja y maní

Qué cansancio hoy. De todo. De que tenga que salir un día sábado (y no por la noche) y que hasta ahora esté esperando como una gansa la parte del trabajo que falta para el lunes. Pero no todo fue malo, hoy conocí mucha gente en mi periplo fuera de casa. Gente de todo tipo, habitante de los asépticos y verdes ambientes de un hospital militar y que no ocupan más sitio que un rectángulo encima de otro rectángulo, que es la pared.

Vayamos con el primero. Iba yo por no se qué piso cuando encontré a un mosquito quien, amable y muy patudo me saludó, pero a la vez marcó distancias conmigo. Tal vez no le caí bien, pero qué le puedo hacer.

bzzzzzzzzzzzz

¿Ven lo que les digo? Cuando se ponen difíciles no vale. Sobre todo si te dicen que pueden matarte. Como ese cartelito que encontré más allá, donde conminan a la gente a recibir su segunda dosis de hepatitis B. ¿pero qué han hecho para merecer eso?

¡es una orden!

Y es que muchas veces la gente, las máquinas expendedoras de golosinas y el mundo entero puede ser cruel y amenazarte no solo con inocularte un virus sino que también pueden revelar tus gustos culinarios. Sino que lo diga Magaly.

Torreja's burguer

¿Qué tiene de malo el pan con torreja? Es un alimento noble visto a la prudente distancia de los desayunos en la esquina que suelen embucharse los que madrugan para chambear. Así que no me vengan con vainas, la torreja tiene derecho a ser un alimento noble, como el sánguche de lomo y el pan con huevo. Además, si lo pensamos bien, ¿qué le echaba Magaly a su pan antes de entrar a cana? ¿mantequilla? ¿bistec? ¿jamón del país o chicharrón de prensa? Al menos ella tuvo algo qué comer, porque lo que es yo, mi maní se quedó atrapado en una máquina que de paso me robó los 60 céntimos que pagué por él. Sospecho que Aedes el mosquito matón tuvo algo que ver.

D'oh!

Pero así como el mundo y el resto pueden ser crueles, la justicia llega. Por eso aún guardo esperanzas de que siendo sábado a medianoche llegue de una vez el maldito archivo, que Mónica Sánchez pierda en bailando por un sueño y que el duende de Plaza Vea haga justicia por mi alimento perdido dándole su merecido a Aedes, el mosquito matón. Tal vez baste con un golpe seco de matamoscas.

Luego de este pequeño recreo, sigo con mi penitencia de bailar el lalalalalalalala.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Al menos es educado el matoncito ese, no? hasta te dio su domicilio, por si te era necesario ir a buscarlo, aunque claro, te podia matar...
Averiguaré si esta en requisitorias, de no ser asi dare una alerta al Jorge Chavez (aún se llama así?) para que lo detengan y que además tengan mucho cuidado porque los puede matar!!!